SpaceX planea un hito técnico crucial para sus naves espaciales Starship: en marzo de 2025, intentará transferir combustible en el espacio entre dos naves Starship en órbita. Este paso es clave para las misiones lunares planificadas en colaboración con la NASA y abre las puertas a futuras misiones de gran alcance en el espacio profundo. La NASA ha invertido en el desarrollo de Starship como parte del programa Artemis, que tiene el objetivo de volver a llevar a astronautas a la Luna. Bajo este contrato, SpaceX recibió 4.050 millones de dólares para desarrollar dos naves Starship capaces de transportar humanos a la superficie lunar, con la fecha tentativa para el primer alunizaje en septiembre de 2026.
Diferencias en los enfoques de desarrollo de SpaceX y el SLS
Kent Chojnacki, subdirector del programa Human Landing System (HLS) de la NASA, explicó las diferencias en la colaboración con SpaceX en comparación con el tradicional Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS). Mientras el SLS, con un costo estimado de 2 mil millones de dólares por lanzamiento, opera bajo un modelo de “costo plus” con contratos más rígidos, el programa HLS de SpaceX se rige por un modelo de precio fijo. SpaceX recibe pagos conforme cumple hitos específicos, pero la flexibilidad en los requisitos y la innovación rápida son la norma.
La importancia de la transferencia de combustible en órbita
La transferencia de propulsor de Starship a Starship en el espacio marcaría la primera vez que este tipo de operación se realiza a gran escala, y si tiene éxito, abrirá las puertas para mover mayores cargas útiles fuera de la órbita terrestre. “Es un paso decisivo en la capacidad de SpaceX para avanzar en misiones de largo alcance”, comentó Chojnacki. Esta capacidad permitirá a Starship transportar grandes cantidades de carga, esenciales para futuras misiones a la Luna, Marte y más allá.
Las pruebas recientes y las mejoras de Starship
Hasta ahora, Starship ha completado cinco lanzamientos de prueba, y en la más reciente en octubre, SpaceX hizo historia al recuperar en el aire el propulsor Super Heavy con un sistema de “palillos” en la torre de lanzamiento. Este éxito subraya los avances de la compañía en la reutilización de vehículos espaciales, una de las metas a largo plazo para hacer las misiones espaciales más rentables. Además, la próxima Revisión de Diseño Crítico (CDR) programada para el verano de 2025 será crucial, ya que es el momento en que la NASA verificará el cumplimiento de los 27 requisitos del sistema, necesarios para las futuras misiones tripuladas.
El rol de la NASA en el diseño y pruebas de Starship
Además del diseño de la cabina de tripulación, donde la NASA se reúne mensualmente con SpaceX para recibir actualizaciones, la agencia también ha proporcionado orientación sobre los componentes criogénicos y pruebas en los sistemas de enfriamiento de combustible. SpaceX también ha construido maquetas de la cabina en su centro en Boca Chica, Texas, para asegurar que los elementos como los dormitorios y los laboratorios cumplan con los estándares necesarios para las misiones tripuladas.
La visión a futuro: una colaboración para el regreso a la Luna
Si las pruebas y revisiones progresan como se espera, SpaceX está en camino para llevar astronautas a la superficie lunar en septiembre de 2026. “Definitivamente estamos trabajando hacia esa fecha. Tenemos un plan para superar cada prueba necesaria y demostrar la capacidad completa de la Starship”, afirmó Chojnacki.
Este ambicioso proyecto tiene el potencial de revolucionar la exploración espacial, y, con la colaboración entre la NASA y SpaceX, es probable que estemos a pocos años de presenciar el próximo gran paso en la historia de la exploración lunar.